Una madrugada cualquiera, va alguien y te dice: "Sabrías escribir tu mente?". Y ante tan ambigua proposición y la combinación de no tener nada que perder aparte unos minutos de sueño, decido probar con algo tan ridículamente ambicioso que parece divertido.
Mi mente? A las cinco de la mañana, si queda algo de ella sin duda no hace más que estorbar...
"Vuelve, vuelve otra vez...vuelve...
A sabiendas de que sin ello no sería,
que no hay avión que vuele sin piloto.
Y aún así añora el vuelo kamikace,
para volver a la intimidad donde no hay palabras,
donde los pensamientos no crucen.
Donde pueda ser,
sin poder pensar.
Una colmena que no calla,
trabajando en fingido silencio,
estrellando sus avispas,
sin dejar oír las voces fuera del mando.
Traicionando sólo por ser
aquello que nunca podrá nacer mientras sea.
El instinto.
domingo, 7 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)